A la hora de adquirir un juguete es fundamental tener en cuenta la edad del niño que lo va a recibir. En este texto nos basamos en el método de análisis y clasificación que utiliza la Guía AIJU, para el estudio pedagógico de los juguetes, que es el sistema ESAR*. Consiste en la división en categorías que sintetizan las etapas de desarrollo infantil desde que es bebé. Así hay juegos de ejercicios, simbólicos, de ensamblaje y de reglas.

Los juegos de ejercicio, los primeros que realiza el bebé.

Aquellos que consisten básicamente en repetir una y otra vez una acción por el placer de los resultados inmediatos. Acciones como morder, lanzar, chupar, golpear, manipular, balbucear, etc.

Sonajeros, juegos de manipulación, móviles de cuna, andadores, corre-pasillos, triciclos, arrastres, vehículos a batería, saltadores, globos, pelotas... y todos aquellos juegos en los que la actividad es repetitiva y en la repetición de esta acción reside el encanto de la propia actividad.

La edad por excelencia para este tipo de juegos son los tres primeros años. En edades superiores también podemos encontrar juegos de ejercicio (bicicleta, monopatín, patines, jugar a la pelota, con yoyos, con trompos o peonzas, diábolos, etc.)

Los juegos de ejercicio son fundamentales porque contribuyen al desarrollo de los sentidos y favorecen la coordinación de distintos tipos de movimientos y desplazamientos.
Suelen fomentar la auto superación pues con ellos, cuanto más se practica, mejores resultados se obtienen.

El juego simbólico es el que implica la representación de un objeto por otro.

Es el tipo de juego en el que el niño atribuye toda clase de significaciones a los objetos. Simula acontecimientos imaginarios e interpreta escenas verosímiles por medio de roles y de personajes ficticios o reales.

Es el juego de imitación a los adultos, de hacer como si fueran papás, mamás, médicos, maestros, peluqueros, camioneros...

Este tipo de juego comienza a observarse sobre los 2 años. Al principio se centra en la vida más próxima del niño/a (la familia, los animales, el colegio, la casa, los juguetes) y luego en entornos algo más alejados (las profesiones, los roles sociales, los personajes de ficción). A partir de los 8 años la importancia del juego simbólico va disminuyendo.

Algunos ejemplos de este tipo de juguetes serían los vehículos, las muñecas, los talleres mecánicos, los juegos de médicos, los superhéroes, las naves espaciales, los tocadores, los disfraces... y todos aquellos juegos que de una forma u otra reproduzcan el mundo de los adultos, ya sea de situaciones cotidianas o de personajes de ficción.

Los juegos simbólicos son fundamentales para comprender y asimilar el entorno que nos rodea. Con ellos, se aprenden y se ponen en práctica conocimientos sobre lo que está bien y lo que está mal y sobre los roles establecidos en la sociedad adulta.

El desarrollo del lenguaje va muy asociado a este tipo de juegos pues los niños/as verbalizan continuamente mientras los realizan, tanto si están solos como si están acompañados. Favorecen también la imaginación y la creatividad.

El juego de ensamblaje.

Piezas para encajar, ensamblar, superponer, apilar, juntar, etc. Este juego se desarrolla cuando un niño/a se fija una meta -la de construir- y con un conjunto de movimientos, de manipulaciones o acciones suficientemente coordinadas, lo consigue.

En los primeros años de vida, las construcciones suelen ser muy simples, con elementos simbólicos y con frecuencia requieren la ayuda del adulto.

Conforme se va aumentando en edad las construcciones empiezan a ser más elaboradas y por ello, se hace cada vez más imprescindible la secuencialización de las acciones.

Algunos ejemplos de este tipo de juegos son los puzzles y rompecabezas, los meccanos, las maquetas para construir... y todos aquellos juegos en los que la actividad lúdica se centre de una forma u otra en apilar, encajar o unir piezas con vistas a conseguir unos resultados.
 
Los juegos de ensamblaje contribuyen fundamentalmente a:

  1. Aumentar y afianzar la coordinación ojo-mano.
  2. La diferenciación de formas y colores.
  3. El razonamiento.
  4. La organización espacial.
  5. La atención.
  6. La reflexión.
  7. La memoria lógica.
  8. La concentración.
  9. La paciencia.
  10. La capacidad de interpretar unas instrucciones.
  11. Suelen favorecer también la autoestima y la auto superación.

Los juegos de reglas. A los 4 años

Aquellos en los que existen una serie de instrucciones o normas que los jugadores deben conocer y respetar para conseguir el objetivo previsto.

A los 4 años empiezan a surgir los primeros juegos de reglas. Al principio suelen ser juegos de habilidad, asociación, atención o memoria y con frecuencia requieren la participación de un adulto o de un niño/a de mayor edad.

En edades superiores la variedad y complejidad de este tipo de juegos va siendo mayor, van incorporándose juegos de preguntas y respuestas, juegos de ordenador, juegos de estrategia, de deducción, etc.

La mayoría son juegos de mesa o tablero pero también los que se juega en otras situaciones como por ejemplo el golf, los juegos de puntería, los futbolines, canastas, etc.

Los juegos de reglas son fundamentales como elementos socializadores que enseñan a los niños/as a ganar y perder, a respetar turnos y normas, y a considerar las opiniones o acciones de los compañeros de juego. Además son fundamentales también en el aprendizaje de distintos tipos de conocimientos y habilidades.

Favorecen el desarrollo del lenguaje, la memoria, el razonamiento, la atención y la reflexión.

*El método ESAR fue elaborado por Denise Garon en Quebec (Canadá).

Rolande Filion y Manon Doucet, ampliaron el método aportando dos dimensiones de análisis complementarias: la lingüística y la afectiva.

A cada edad un determinado tipo de juego

Guía Educativa sobre el Juego y el Juguete